Entre el por qué disfrazado de tus actos
y la madreselva del sexo de los infelices
sólo quedan dos cejas arriba y un ceño fruncido.
Veo venir tus secretos, los intuyo, los cojo,
Los miro, sonrío y la verdad me destroza el alma.
Ahora pego los pedazos
A través de las más absolutas verdades.
Ya sea un bosque verde o
Tu cuerpo en madrugada ausente.
Y también los amigos, que son como secretos a
voces.
Y la poesía. Disfrazada pero sincera.
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