Mi mano, como el grillo,
busca la noche para cantar.
Igual que el lobo aúlla,
así lo hace mi alma
que busca una salida tranquila y apacible
a esta desesperada vida.
Y con estos versos que surgen,
en compañía de música
y post-fiebres que traen
últimos estirones y antiguos olores a orín,
intento encontrar por algún lado
esa chicharra nocturna y solitaria,
esa loba que aúlle desesperada
buscando en mí, aunque sea,
una salida tranquila y apacible
a esta desesperada vida.
Y compartirlo todo,
los versos del grillo,
los aullidos del lobo,
mis olores a orín,
mis fiebres y post-fiebres.
Y compartirlo todo,
incluso los silencios,
truncados por chicharras,
incluso los suspiros,
de loba desesperada,
que alimentan anhelos,
noches,
cielos y almas.
Haciendo del verso prosa y de la prosa
verso,
convirtiendo lo soñado en cotidiano y lo cotidiano en sueño.
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